Un año más llegan estos días de navidad que cada uno de nosotros disfrutamos de la forma que creemos más apropiada según nuestra cultura y circunstancias personales. Son días de muchos ajetreo, viajes y también tranquilidad.
Los que nos dedicamos a la docencia aprovechamos estas fechas para terminar el semestre y también para preparar el siguiente que está a la vuelta de la esquina, a finales de enero.
También es momento de reflexión sobre las cosas que se han hecho bien y aquellas que se pueden mejorar.
Y no me olvido de los estudiantes que hacen un esfuerzo notable por aprovechar horas de estudio y trabajo para completar informes, proyectos y preparar exámenes a realizar en enero, tratando de compartir algunos ratos con sus familias y amigos.
Leía estos días pasados que un ingeniero es algo más que el lado izquierdo del cerebro que se dedica a resolver ecuaciones que además tiene el lado derecho y un cuerpo y un alma. Por ello es importante que viva integrado en la sociedad a la que seguramente le dedicará gran parte de su tiempo para resolver sus problemas. Es necesario que los viva y los disfrute. Ello le hará mejor persona y por tanto mejor ingeniero. Y seguro que pronto identificará qué cosas son mejorables según su punto de vista.
Gracias por el esfuerzo que hacen día a día y muchas felicidades.